Descubra el Libro Blanco "¿Cómo favorecer una adhesión tisular natural en implantología?"
Desde el principio, y todavía hoy, el reto de la implantología oral ha sido mantener la integridad de los tejidos periimplantarios, en particular los que constituyen el espacio biológico.
Es bien sabido que los tejidos que rodean a un diente natural son diferentes de los que rodean a un implante dental. Una particularidad es la ausencia de ligamento periodontal entre la cortical alveolar interna y el implante, lo que interfiere y debilita la cicatrización de los tejidos.
Una buena salud bucodental requiere la conservación de todos los tejidos, en particular los que están unidos al diente y a los implantes. Estos anclajes, aunque son diferentes cuando están en contacto con un diente o un implante, deben proporcionar, no obstante, la misma función de barrera frente a las agresiones inflamatorias e infecciosas y al estrés masticatorio.
Gracias a investigaciones previas y a publicaciones recientes, dentistas e investigadores han logrado comprender mejor el espacio biológico y su fisiología. Están empezando a aceptarse nuevos paradigmas, como las bioformas del implante, la elección de titanio puro y zirconio, y la precisión del mecanizado de las conexiones. Todo ello con vistas a preservar la integridad de los tejidos de soporte y lograr una elevada tasa de éxito a largo plazo en los planes de tratamiento con implantes.
El reto tanto para los odontólogos como para los fabricantes de implantes, es ofrecer soluciones terapéuticas mínimamente invasivas que tengan en cuenta todos los factores que influyen en la protección y conservación de este espacio biológico.